Con la selección alemana logró el doblete Eurocopa (1972) y Copa del Mundo (1974). Como broche de oro, el título planetario tiene lugar en casa, en el estadio Olímpico de Múnich.
Campeón del mundo como jugador (1974) y después como seleccionador (1990), presidente del Bayern y gran organizador del Mundial-2006: durante más de medio siglo Franz Beckenbauer ha sido protagonista en el fútbol alemán, convirtiéndose en el 'Kaiser' polifacético de la Alemania posterior a la II Guerra Mundial.
Es una historia que Franz Beckenbauer solía contar, una anécdota que marcó su destino. Con 12 años, el chico del barrio popular y obrero de Obergiesing, en Múnich, descubre el fútbol en el SC 1906 Múnich.
En el verano de 1958, en un torneo para jóvenes, se enfrenta al entonces gran club de la capital bávara, el Múnich 1860, por el que iba a fichar más adelante.
Tiene un altercado durante el partido con uno de los jugadores de los 'Löwen', Gerhard König, que le golpea en la cara.
Símbolo del Bayern
Después del partido Beckenbauer se muestra convencido: se niega a ir a ese club "de camorristas" y se vuelca orgullosamente en apoyo del rival, el Bayern.
Es el inicio de una larga historia entre el Bayern y el joven Franz, que se convertirá en unos años en el 'Kaiser' (emperador) alemán.
Nacido en septiembre de 1945 entre las ruinas de la Alemania de después de la guerra, hijo de un director de oficina de correos, Beckenbauer ficha por el Bayern en 1964 cuando aún no ha cumplido los 19 años, y allí pasará el grueso de su carrera.
El equipo crea un puesto a la medida de su talento: líbero, que se mueve por detrás de la defensa pero que acude a menudo al centro del campo, lo que le permitió marcar no pocos goles.
Jugador de raza y elegante, con porte altivo, se forjó un palmarés espectacular con el Bayern: cuatro títulos de campeón de liga y otros tantos de Copa alemana, dos Balones de Oro, tres victorias consecutivas en Copa de Europa de clubes, antecesora de la Liga de Campeones.
Brazo en cabestrillo
Con la selección alemana logró el doblete Eurocopa (1972) y Copa del Mundo (1974). Como broche de oro, el título planetario tiene lugar en casa, en el estadio Olímpico de Múnich, cerca de su casa natal.
Más aún que Gerd Müller o Sepp Maier, sus compañeros en la Nationalmannschaft y en el Bayern, Beckenbauer encarnó como ningún otro la potencia del fútbol alemán en los años 1970
Una foto ilustra la leyenda del 'Kaiser' Franz, símbolo de su abnegación: Beckenbauer, con el brazo en cabestrillo, con una clavícula rota, durante la semifinal del Mundial-1970 perdida contra Italia (4-3 en la prórroga), en lo que se denominó 'el partido del Siglo'.
Sus últimas temporadas las pasó entre Nueva York y Hamburgo, antes de colgar las botas en 1983 y de comenzar una carrera como entrenador, algo que no entraba en sus planes cuando era jugador.
Nombrado seleccionador de la 'Mannschaft' en el verano de 1984, después de una decepcionante Eurocopa en Francia, lleva a la selección alemana a la final del Mundial-1986, perdida contra la Argentina de Diego Maradona, antes de tomarse la revancha cuatro años después contra la misma Albiceleste, en Roma.
Beckenbauer entró así en la leyenda, convirtiéndose en el segundo hombre en proclamarse campeón del mundo como jugador y como entrenador, después del brasileño Mario Zagallo, quien curiosamente falleció el pasado viernes, dos días antes que el alemán.
El francés Didier Deschamps, que al igual que el 'Kaiser' levantó el trofeo en casa en 1998, se unió a ese club cerrado en 2018.
'Sommermärchen' 2006
Poco atraído por los banquillos, deja el cargo en lo más alto, y cuelga definitivamente la pizarra de entrenador tras un breve paso por el Olympique de Marsella.
Pero el destino lógico le lleva a tomar las riendas de 'su' Bayern al comienzo de los años 1990 en el seno de un triunvirato junto a Karl-Heinz Rummenigge y Uli Hoeness. En dos ocasiones solapa su cargo de presidente con el técnico interino, con éxito.
Pretendido por todos los estamentos, se hace con un lugar en el comité ejecutivo de la FIFA, y Alemania le confía la misión de lograr la organización del Mundial-2006, cosa hecha en el año 2000 tras una votación ajustada contra Sudáfrica (12 a 11).
Pero el 'Sommermärchen', un cuento de hadas de verano se torna en pesadilla una década después, cuando las sospechas de corrupción salpican la imagen del 'Kaiser'.
Beckenbauer será suspendido durante 90 días por la FIFA de toda actividad en el fútbol (sanción que le sería levantada tras 14 días), un golpe para el que fuese vicepresidente de la instancia entre 2007 y 2011 en el momento de la atribución polémica del Mundial-2022 a Catar en diciembre de 2010.
Omnipresente en los medios y en la televisión, estrella de la publicidad durante y después de su carrera como jugador, Beckenbauer no tardó en recuperar una imagen libre de sospechas.
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