domingo, 27 de julio de 2025

EDITORIAL 27 de julio de 2025 Ipiales, ciudad en crisis ante una deportación sin precedentes

La ciudad de Ipiales enfrenta una crisis institucional y humanitaria tras la deportación masiva de ciudadanos colombianos que estaban privados de la libertad en cárceles de varias ciudades del Ecuador. La medida, adoptada de forma sorpresiva y unilateral por el gobierno ecuatoriano, tomó por completo fuera de base a las autoridades colombianas, especialmente a las locales y departamentales, que no tenían previsto este escenario en sus planes de contingencia.



El pasado viernes, el alcalde de Ipiales llegó al Puente Internacional de Rumichaca al enterarse de la situación, que lo sorprendió tanto como a las demás autoridades. Aunque no tenía información previa ni claridad sobre el impacto inmediato, desde su despacho se activaron alertas y se articuló una respuesta junto a la Gobernación de Nariño.

A medida que avanzaba la jornada, en horas de la tarde, comenzaron a conocerse más detalles del operativo de deportación. En menos de 48 horas ya han sido deportados más de 600 colombianos, lo que generó alarma en todos los niveles institucionales. Las autoridades locales se vieron forzadas a activar de forma improvisada los protocolos legales colombianos para la recepción de connacionales en estas condiciones.

En la noche, muchos de los deportados quedaron en libertad al pisar suelo colombiano, una vez sus antecedentes fueron verificados. El problema se agravó porque la mayoría no portaba ningún documento de identificación, lo que generó complicaciones migratorias adicionales y afectó el control institucional.

Desde la Alcaldía de Ipiales se emitieron alertas de seguridad, salud pública y atención humanitaria, en articulación con la Gobernación de Nariño. Con apoyo de varias instituciones, se estableció un protocolo de traslado terrestre para enviar a estas personas hacia sus lugares de destino.

El rechazo del Gobierno colombiano no se hizo esperar. En un comunicado oficial, la Cancillería expresó su protesta diplomática ante Ecuador y dejó en evidencia el malestar del país por este gesto inamistoso.

Hoy, en Ipiales crece el miedo y la incertidumbre. Se espera el arribo de al menos 400 deportados más, lo que podría agravar una situación ya crítica. Si estas personas permanecen en la ciudad, podrían aumentar los niveles de inseguridad, dado que muchos no tienen forma de sustento, vivienda ni redes de apoyo. Se teme que terminen engrosando las cifras de indigencia, pobreza y, en el peor de los casos, delincuencia.

Es urgente que el Gobierno Nacional asuma esta crisis con la seriedad que merece. No se trata solo de una acción diplomática, sino de garantizar los derechos humanos, la seguridad ciudadana y el orden institucional en una frontera ya marcada por el abandono histórico.

Deportación masiva desborda capacidad institucional en frontera colombo-ecuatoriana

Ipiales, Nariño.

Más de 300 colombianos privados de la libertad en Ecuador fueron deportados sorpresivamente por el Puente Internacional de Rumichaca, sin que el Gobierno Nacional fuera notificado previamente. La falta de comunicación oficial por parte del vecino país impidió una preparación adecuada y expuso la fragilidad de los protocolos de atención en emergencias humanitarias.



Ante la situación, la Gobernación de Nariño, en coordinación con la Alcaldía de Ipiales, el Gobierno Nacional y entes de control, activó un Puesto de Mando Unificado (PMU) para coordinar la atención a las personas retornadas. Sin embargo, la respuesta inicial se vio desbordada por el volumen de deportados y la ausencia de una logística previa.

“El ingreso de estas personas se dio sin previo aviso. Hasta ahora han llegado más de 300, de las cuales al menos 10 han sido recapturadas por requerimientos judiciales en Colombia”, confirmó el gobernador Luis Alfonso Escobar Jaramillo, quien lidera las acciones en terreno.

Desde la madrugada, entidades de salud, asistencia social y justicia intentan garantizar atención médica, alimentación y asesoría jurídica. No obstante, las condiciones en la frontera son limitadas y la respuesta depende de la articulación con organismos nacionales como Migración Colombia, la Defensoría del Pueblo, y el programa Colombia Nos Une del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Algunos deportados ya fueron trasladados a ciudades como Bogotá y Cali. Mientras tanto, se realiza un censo para identificar a los nariñenses entre el grupo y activar un protocolo de acogida diferencial.

“Esta es una situación crítica que requiere mayor cooperación entre las Cancillerías de ambos países. Se deben garantizar los derechos fundamentales de los connacionales retornados”, señaló el secretario de Gobierno de Nariño, Fredy Gámez.

En el PMU participan además la Fiscalía General de la Nación, el Instituto Departamental de Salud, el Ejército, la Policía Nacional y la Personería municipal.

El inesperado retorno masivo plantea desafíos urgentes para el Estado colombiano en materia de derechos humanos, logística humanitaria y diplomacia transfronteriza. La falta de preparación frente a este tipo de eventos evidencia la necesidad de protocolos más sólidos y mecanismos binacionales eficaces.

Salud de Nariño emite alerta y lineamientos ante deportación masiva de colombianos desde Ecuador

Ipiales, Nariño.

El Instituto Departamental de Salud de Nariño (IDSN) emitió una circular urgente dirigida a hospitales, entidades de salud pública y privadas, ante el proceso de deportación de ciudadanos colombianos desde Ecuador, que inició recientemente en el Puente Internacional de Rumichaca.



Según lo informado, estas personas habían permanecido en centros carcelarios ecuatorianos y están siendo retornadas al país, lo que plantea retos humanitarios y sanitarios inmediatos para la región fronteriza.

La autoridad de salud del departamento pidió a todas las instituciones garantizar la atención médica sin barreras administrativas, así como realizar una caracterización socio-sanitaria inmediata de las personas deportadas. Esto incluye la identificación de enfermedades preexistentes, condiciones de vulnerabilidad y necesidades prioritarias de atención médica.

Además, se instó a asegurar la afiliación de esta población al régimen subsidiado de salud, con apoyo de las EPS presentes en la zona, y brindar orientación sobre sus derechos dentro del sistema de salud colombiano.

En cuanto a salud pública, se estableció la necesidad de implementar tamizajes de enfermedades respiratorias como tuberculosis, garantizar la continuidad de tratamientos para enfermedades crónicas, actualizar los esquemas de vacunación y realizar evaluaciones en salud mental para detectar signos de afectación emocional, consumo de sustancias o riesgo de violencia.

También se reforzará la vigilancia epidemiológica, con la activación del sistema SIVIGILA para el reporte de posibles eventos en salud pública, y se buscará articular con la Red de Vigilancia Basada en Comunidad en los municipios receptores.

En un llamado a la articulación intersectorial, el IDSN solicitó a las entidades municipales de salud coordinar acciones con Migración Colombia, la Defensoría del Pueblo y organismos humanitarios, para garantizar una atención integral y digna a las personas retornadas.

Finalmente, el IDSN recordó la importancia de cumplir con la Resolución 4481 de 2012, que regula el uso del emblema de Misión Médica, como medida de protección y respeto por el personal sanitario.

La entidad reiteró que estará disponible las 24 horas a través del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE), para canalizar información y brindar acompañamiento a los equipos de salud en la zona fronteriza.

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