El fentanilo es un potente opioide sintético que se utiliza como analgésico y anestésico. Es aproximadamente del 50 a 100 veces más potente que la morfina.
Datos y cifras
El término «opioides» se refiere tanto a los compuestos que se extraen de la adormidera como a compuestos sintéticos y semisintéticos con propiedades análogas que pueden interferir con los receptores de opioides del cerebro.
Los opioides se utilizan habitualmente para el tratamiento del dolor, e incluyen fármacos como la morfina, el fentanilo y el tramadol.
Su consumo sin fines terapéuticos, prolongado, indebido o sin supervisión médica puede generar dependencia y otros problemas de salud.
Debido a sus efectos farmacológicos, los opioides pueden provocar dificultades respiratorias y una sobredosis puede llevar a la muerte.
A nivel mundial pueden atribuirse al consumo de drogas unos 0,5 millones de muertes. Más del 70% de esas muertes están relacionadas con los opioides, con un 30% específicamente causadas por sobredosis.
Existen intervenciones terapéuticas eficaces contra la dependencia de los opioides que pueden reducir el riesgo de sobredosis, pero menos del 10% de las personas que necesitan ese tratamiento lo reciben.
La naloxona es un medicamento que puede prevenir la muerte por sobredosis de opioides si se administra a tiempo.
Opioides
El término «opioides» se refiere tanto a los compuestos que se extraen de la adormidera como a compuestos sintéticos y semisintéticos con propiedades análogas que pueden interferir con los receptores de opioides del cerebro. Los opioides tienen efectos analgésicos y sedantes, y se utilizan por lo general para el tratamiento del dolor. Los medicamentos opioideos, como la metadona y la buprenorfina, se utilizan como tratamiento de mantenimiento contra la dependencia de opioides. Tras ingerirse, los opioides pueden provocar euforia, una de las principales razones por las que se consumen sin fines terapéuticos. Entre los opioides se incluyen la heroína, la morfina, la codeína, el fentanilo, la metadona, el tramadol y otras sustancias análogas. Debido a sus efectos farmacológicos, pueden provocar dificultades respiratorias y una sobredosis puede llevar a la muerte.
Su consumo habitual sin fines terapéuticos, prolongado, indebido o sin supervisión médica puede generar dependencia y otros problemas de salud. La dependencia de los opioides es un trastorno de la regulación del consumo de opioides derivado del consumo repetido o continuo de esas sustancias. El rasgo característico de la dependencia es un fuerte impulso interno de consumir opioides que se manifiesta en el deterioro de la capacidad de controlar el consumo, la prioridad creciente que se da al consumo en detrimento de otras actividades y la persistencia en el consumo pese a las consecuencia dañinas o negativas. La dependencia también puede provocar manifestaciones psicológicas: mayor tolerancia a los efectos de los opioides, síntomas de abstinencia al interrumpir el consumo o reducirlo, o consumo repetido de opioides o sustancias farmacológicamente análogas para prevenir o aliviar los síntomas de abstinencia.1
En el ámbito mundial, unos 269 millones de personas (es decir, el 5,3% de la población mundial entre 15 y 64 años) consumió drogas al menos en una ocasión en 2018. De esa cifra, unos 58 millones de personas consumieron opioides. Ese mismo año, unos 35,6 millones de personas sufrieron trastornos debidos al consumo de drogas.2 La mayoría de las personas dependientes de los opioides consumen heroína cultivada o fabricada de forma ilícita, pero está aumentando la proporción de las personas que consumen opioides sujetos a receta.
Sobredosis de opioides
El consumo de opioides puede provocar la muerte debido a los efectos de esas sustancias en la parte del cerebro que regula la respiración. La sobredosis de opioides puede detectarse por una combinación de tres signos y síntomas:
pupilas puntiformes;
pérdida de consciencia; y
dificultades respiratorias.
A nivel mundial pueden atribuirse al consumo de drogas unos 0,5 millones de muertes. Más del 70% de estas muertes están relacionadas con los opioides, con un 30% específicamente causadas por sobredosis. Según las estimaciones de la OMS, en 2017 murieron por sobredosis de opioides aproximadamente 115 000 personas. Las sobredosis de opioides que no provocan la muerte son varias veces más frecuentes que las sobredosis mortales.
El número de sobredosis de opioides se ha incrementado en los últimos años en varios países, debido en parte al mayor uso de esas sustancias en la gestión del dolor crónico, y al uso de opioides sumamente potentes presentes en el mercado de drogas ilícitas. En los Estados Unidos de América (EE.UU.) el número de personas que murieron por sobredosis de opioides se incrementó en un 120% entre 2010 y 2018, y dos tercios de las muertes por sobredosis relacionadas con los opioides en 2018 en ese país se debieron a opioides sintéticos, como el fentanilo y sus análogos.3
El fentanilo es un potente opioide sintético que se utiliza como analgésico y anestésico. Es aproximadamente del 50 a 100 veces más potente que la morfina. El fentanilo en varias formulaciones figura en la Lista Modelo OMS de Medicamentos Esenciales. Ahora bien, esa sustancia y sus análogos químicos (como el carfentanilo, el acetilfentanilo, el butirfentanilo y el furanilfentanilo) se han relacionado con un incremento rápido en el número de muertes debidas a sobredosis de opioides. Existen pruebas de que los traficantes de drogas pueden estar añadiendo fentanilo a sus productos (como la heroína) para incrementar su potencia y vendiendo fentanilo como comprimidos falsificados, creados para que parezcan medicamentos sujetos a receta. Así pues, muchos consumidores de drogas en cuyas pruebas se detectó la presencia de fentanilo y sus análogos no son conscientes de que tomaron esa sustancia.
La OMS sigue supervisando varios análogos del fentanilo a través de su sistema de vigilancia de nuevas sustancias psicoactivas, y alertando a los países de los peligros potenciales asociados a esas sustancias. La recopilación de esos datos es importante ya que la información sobre las pautas de consumo, y de consumo indebido y sin fines terapéuticos es muy limitada.
Referencias
OMS (2019). Clasificación Internacional de Enfermedades para las estadísticas de mortalidad y morbilidad. 11.ª revisión.
UNODC (2020). Informe mundial sobre las drogas.
CDC WONDER (2020). Centro Nacional de Estadísticas de la Salud.
Degenhardt L, Glantz M, Evans-Lacko S, et al. (2017). Estimating treatment coverage for people with substance use disorders: an analysis of data from the World Mental Health Surveys. World Psychiatry. 2017;16(3):299-307. doi:10.1002/wps.20457.
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