Lo creas o no, todos tenemos una misión dentro de la obra creadora de Dios Padre y para ello el Espíritu Santo, nos ha concedido dones, carismas especiales y diferentes que al resto de los demás, para que al unirnos como hermanos formemos un todo.
Desde antes de nacer Nicolás estaba destinado al servicio por los demás sobre todo por aquellos que en abandono no tenían quien los consolara o socorriera en los últimos instantes de su vida. Pasó casi toda su vida religiosa en Tolentino en donde se le conocería por su misticidad, sencillez, atención a los más necesitados, a los enfermos. Se le adjudicaron varios milagros de sanación en vida y después de su muerte.
Las personas del pueblo al ver que gracias a su oración, intercesión y testimonio de vida, muchos se convertían, le empezaron a pedir oración por las sus seres queridos que habían fallecido; convirtiéndose tiempo después en el patrono de las almas del purgatorio.
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