UNA CARCEL QUE NO
PEDIMOS
La reciente
visita del viceministro de justicia Camilo Eduardo Umaña, a la ciudad de
Ipiales, tuvo como novedad el anuncio de la ampliación de 100 cupos para el pabellón
de mujeres, la noticia nos dejó con un mal sabor porque esta cárcel que en palabras del viceministro
no tiene hacinamiento, podría ser escenario inclusive para que los repatriados
de Ecuador puedan terminar de pagar sus
condenas en territorio colombiano y
entonces si hablaremos de hacinamiento.
Esta cárcel que no pedimos la construyan, hoy nos tiene en vilo, pues es de mediana seguridad y muy seguramente empezará a poblarse de delincuentes que llegarán con sus esbirros al puerto fronterizo de Ipiales. Antojado el gobierno de turno de Juan Manuel Santos nos metió un gol olímpico a los ipialeños que aún no han dimensionado lo que esto significa para la seguridad de la ciudad.
La visita del
alto funcionario se creía que tendría como novedad la aportación de recursos
para mejorar las condiciones de este centro penitencial de mediana seguridad,
pues hasta donde pudimos averiguar, el
centro carcelario no cuenta con servicio
de agua potable permanente razón por la cual se debe constantemente que abastecerse con un carro cisterna, la
guardia de este centro carcelario presta su servicio de manera inadecuada pues
no tiene un alojamiento que le dé condiciones dignas, los frecuentes cortes de energía también son otro
de los problemas que se intenta solucionar y la vía de acceso en pésimas condiciones
Temas que apuntan
a la resocialización de los internos es otra de las razones de la visita a esta cárcel del viceministro Umaña, sin embargo aún no hay
convenios firmados, y la población carcelaria que participará de estos
programas de capacitación y trabajo debe esperar.
Es también urgente
la inversión en la vía de acceso a este sitio que aún no tiene presupuesto ni
está contemplada en el plan de desarrollo del municipio. También se refrendó el convenio interinstitucional entre el
INPEC y la alcaldía de Ipiales que
busca trasladar a los presos que estaban en el
antiguo CAI Champagnat hacia la cárcel de Ipiales hasta que se les
defina su situación jurídica y en el CAI solamente dejar a infractores del código
de policía.
Lo cierto es que
el barrio Seminario, Caminos de Aragón I, Barrio la Esmeralda y el Barrio Las Animas, se han
visto perjudicados por el abandono del gobierno
en la adecuación de la vía de acceso a la cárcel y se espera que muy pronto sea pavimentada y se incluya como prioridad, aprovechando los
encuentros de construcción de Plan de Desarrollo. Dos escenarios en la misma
ruta a la Cárcel, el Chazódromo, Centro de Rehabilitación para Drogadictos, si
requieren una vía en excelentes condiciones.
Veremos cómo
avanzan estos proyectos con la cárcel de Ipiales, también cuanto tiempo tardan
en ponerse en ejecución y veremos con temor como poco a poco se va llenando
esta cárcel hasta completar el cupo y muy seguramente sobrepasarlo. A lo hecho pecho, esperemos que más sorpresas nos tienen.
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