Un taller mecánico es un espacio de trabajo en el que se está expuesto a ciertos riesgos, no en vano se manejan herramientas cortantes, piezas pesadas y productos abrasivos y/o tóxicos o inflamables.
Por ello, seguir buenas prácticas de seguridad en el taller es básico, no solo para minimizar los riesgos, sino también para mejorar la respuesta en caso de ocurrir cualquier percance. Estas son algunas de las claves que hay que seguir para garantizar la seguridad en el taller.
Prevención de riesgos laborales
Es necesario que el taller esté al día respecto a la normativa sobre prevención de riesgos laborales y que integre esta actividad dentro de la empresa, es decir, que todos los trabajadores conozcan y apliquen de forma natural las normas de seguridad. En este sentido, el responsable del taller debe evaluar periódicamente el cumplimiento de todos los requisitos y la existencia o no de riesgos para los trabajadores, y en caso necesario, poner en marcha los mecanismos para minimizarlos.
El taller
Un taller mecánico es un espacio de trabajo que debe estar lo más limpio, ordenado y estructurado posible para que cada trabajador pueda realizar sus tareas con el menor riesgo.
También debe cumplir unas condiciones básicas de temperatura, humedad, ventilación o ruido. En este sentido, es obligatorio saber que:
La temperatura máxima en el taller debe ser de 27 grados, y la mínima de 14 (para aquellos que estén trabajando en celdas de prueba con motores).
La humedad debe mantenerse entre el 30% y el 70%.
El ruido no puede superar los 80-87 decibelios sin protección auditiva, pudiendo alcanzar los 140 si existe protección.
Los equipos
El taller debe tener todos aquellos equipos que garanticen la máxima seguridad y eficiencia en el trabajo. Herramientas, piezas, bancos de pruebas, sistemas elevadores, equipos para chapa y pintura, etc. Todos estos equipos deben estar homologados y tener un mantenimiento óptimo, para evitar riesgos derivados de su estado.
Asímismo, hay otros equipos destinados a garantizar la seguriad en ocasiones puntuales o situaciones de emergencia, tales como botiquines de primeros auxilios, extintores, lavaojos o duchas de emergencia.
Protección específica de los trabajadores
En un taller mecánico existen profesionales especializados en distintas áreas. La equipación y los elementos de seguridad de cada uno de ellos deben ir en consonancia con la actividad que desempeñen. Por ejemplo, los que trabajan con productos abrasivos han de llevar equipamiento que les proteja la piel; en al área de chapa y pintura se usan productos tóxicos y habrá que proteger las vías respiratorias; si su actividad principal es la soldadura, necesitarán unas gafas protectoras y guantes.
Accidentes, lesiones y emergencias: ¿cómo actuar?
Otro punto importante dentro de la seguridad, es que todos los miembros del taller deben conocer los procedimientos a seguir en caso de accidente, lesión o cualquier otro tipo de contingencia, por ejemplo un incendio. Dentro de la formación en prevención de riesgos laborales debe haber un apartado dedicado a primeros auxilios básicos, que permite saber cómo actuar en caso de quemaduras, heridas, hemorragias, fracturas, intoxicaciones, o la incrustación de partículas y cuerpos extraños en los ojos.
Todas estas buenas prácticas son indispensables para que el taller sea más más seguro y eficiente, tanto en lo que respecta al cuidado de las máquinas como a la salud de los trabajadores.
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