Alivio por la liberación de la monja franciscana colombiana ayer en Malí, tras años de cautiverio, muchos de los cuales pasó con el misionero Padre Gigi Maccalli. La monja se encuentra en buen estado físico y ha llegado a Italia. La hermana Narváez se ha reunido con el Papa Francisco inmediatamente después de la Misa de inauguración del Sínodo.
Francesca Sabatinelli - Ciudad del Vaticano
Alegría y sólo alegría: es lo que expresó el padre Gigi Maccalli en la confirmación, ayer por la tarde desde la Farnesina, de la liberación de sor Gloria Cecilia Narváez, la misionera colombiana de 59 años de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada. Con él, un sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas que fue secuestrado en 2018 en Níger, y con otros rehenes occidentales, la monja había compartido parte de su cautiverio en Malí, donde había sido secuestrada el 7 de febrero de 2017 por Al Qaeda en el Magreb. La hermana Gloria, probada pero en buen estado físico, fue liberada exactamente un año después de la liberación del padre Gigi, gracias al trabajo de la unidad de crisis del Ministerio de Asuntos Exteriores e Inteligencia italiano.
Las oraciones de los cristianos de Malí
Después de cuatro años y ocho meses, el cautiverio de la hermana Narváez ha terminado y llegó anoche a Roma. La monja había sido secuestrada por cuatro hombres armados en la parroquia de Karangasso, en la frontera entre Malí y Burkina Faso, a 400 kilómetros al este de Bamako, donde era misionera desde hacía seis años junto con otras tres religiosas. Unos meses después de su secuestro, en julio de 2017, había aparecido en un vídeo reivindicado por Al Qaeda, mientras que en un mensaje enviado a su hermano a través de la Cruz Roja, había dado a conocer que era prisionera de un nuevo grupo. La comunidad cristiana de Bamako había organizado varias misas y rezado por ella, y en 2020 la Iglesia católica del país, tres años después, organizó una jornada de oración por su liberación.
Homenaje a la vaentía de la hermana Narváez
La hermana Gloria, originaria de Pasto, en el suroeste de Colombia, es miembro de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, una congregación de origen suizo fundada en 1893 y presente en 17 países. El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, expresó también su inmensa alegría por su liberación, así como la presidencia de Malí, que rindió homenaje a la "valentía" de la hermana Gloria.
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