A medida que avanza la pandemia del COVID-19 aumenta su impacto en las poblaciones que están en mayor situación de vulnerabilidad. Los cierres de fronteras y la interrupción de las actividades comerciales han afectado de manera particular a la población refugiada y migrante por la pérdida de medios de subsistencia y las dificultades para acceder a necesidades básicas de alimentación, vivienda y salud. Estas condiciones los enfrentan a un mayor riesgo de ser víctimas de trata de personas y otros tipos de abuso y explotación. A continuación, podrá conocer cómo el COVID-19 puede potencializar el delito de trata de personas en población refugiada y migrante.
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