Tras analizar con técnicas de ingeniería genética el cerebro de ratones con alzhéimer, este equipo de científicos australianos ha descubierto una nueva causa probable que provoca esta grave enfermedad degenerativa, según los resultados de su investigación que publica la revista científica PLOS.
Se trata de filtraciones de la sangre en el cerebro que depositan allí partículas que transportan proteínas tóxicas, las famosas "beta-amiloide" cuyo elevado depósito en el cerebro es una de las características básicas de este tipo de demencia.
Y lo más importante es que este descubrimiento abre nuevas oportunidades para poder encontrar un tratamiento contra esta enfermedad que afecta ya a 46 millones de personas en todo el mundo.
"Si bien anteriormente sabíamos que la característica distintiva de las personas que viven con la enfermedad de alzhéimer era la acumulación progresiva de depósitos de proteínas tóxicas dentro del cerebro llamados beta-amiloide, los investigadores no sabían de dónde se originaba el amiloide ni por qué se depositaba en el cerebro", ha explicado John Mamo, investigador del Instituto de Investigación de Innovación en Salud en la Universidad de Curtin (Australia).
Una nueva vía
El descubrimiento de esta nueva "'vía de la sangre al cerebro" puede ser clave, porque si podemos controlar los niveles en sangre de lipoproteína amiloide y prevenir su filtración al cerebro, esto abre la posibilidad de nuevos tratamientos para prevenir la enfermedad de alzhéimer y así poder ralentizar la pérdida de memoria.
Esta nueva investigación ha utilizado una innovadora técnica de ingeniería genética para poder detectar esta nueva causa del alzhéimer en el cerebro de ratones de laboratorio.
"Nuestro estudio ha encontrado que los modelos de ratón que producían lipoproteína amiloide en el hígado sufrían inflamación en el cerebro, muerte acelerada de las células cerebrales y pérdida de memoria", ha añadido el profesor Mamo.
Este equipo de investigación subraya que se necesitan aún más estudios, pero su hallazgo demuestra que la abundancia de estos depósitos de proteínas tóxicas en la sangre podría prevenirse a través de la dieta de una persona y, además, algunos medicamentos podrían atacar también, de forma específica, la proteína amiloide, reduciendo así su riesgo y ralentizando la progresión de la enfermedad de alzhéimer.
Por: Javier Gregori
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